Todos los días estamos expuestos a arriesgarnos y en base a nuestros instintos, experiencias y vivencias, a tomar decisiones.
Son estas decisiones las que pueden involucrar situaciones triviales o de gran relevancia para nuestra vida; sin embargo, todas están incluidas en la misma categoría de una elección.
A pesar de que diariamente realizamos una elección constante, muchos parecen sufrir un miedo terrible a equivocarse y es por ello que tienen problemas para elegir.
Lo primero que debes tener en cuenta, es que ninguna elección es segura, ya que los factores que nos motivaron en el primer momento, así como las circunstancias, podrían cambiar y por ende, desmoronar el panorama que teníamos previsto.
Elegir sin miedo
Hay personas que por miedo a equivocarse cuestionan todas las decisiones de su vida y viven en un constante arrepentimiento.
Esta conducta es en demasía dañina, ya que limita la sensación de plenitud.
Es importante que, al momento de tomar una decisión, tengas en cuenta que en el futuro, la misma puede tener consecuencias, que podrían tener resultados buenos o malos; no obstante, esta elección fue tomada en base a tus criterios y es lo mejor según tu opinión en este momento.
Una vez tomada la decisión, deberemos vivir con las consecuencias y en caso de obtener un resultado negativo, aprender de la experiencia, teniendo en cuenta los factores que desencadenaron su falla.
El miedo a los errores sólo nos hace limitarnos y no nos permite vivir las distintas oportunidades que nos brinda la vida. ¡Arriésgate! ¡Vive plenamente y asume positivamente las cosas buenas y malas de tu elección! Cada vivencia es un aprendizaje que en el futuro nos dotará del criterio necesario para plantearnos mejores objetivos y decisiones. Toda experiencia es sinónimo de crecimiento, tanto personal, como espiritual y eso nadie puede negarlo.
En ocasiones, es posible que no entendamos la lección aprendida de inmediato, pero todo tiene su tiempo y su momento de ser.